miércoles, 1 de enero de 2020

Confeso


He aceptado un challenge de escribir una narración por día. Son textos casi sin corrección, así que espero su indulgencia.

Confeso

Me ha tomado un tiempo salir de casa. No tiene mucho sentido que intente negarlo. Podría desaparecer sin más, pero algo me hace caminar hasta tu trabajo.
No, aún no lo sabes. Si lo supieras, no sonreirías, o sí, siempre sonríes en el trabajo, pero no podrías sostener la sonrisa tan natural. Desde afuera, tras ese escritorio alto, radiante, hermosa. Mereces al menos esto de mi parte. Si he sido un idiota, por lo menos no seré cobarde. Sí, parece que fuera cínico, pero debería intentar, al menos, explicar lo que ha ocurrido.
Te veo de lejos. He de acercarme y reconocer lo que hecho. Levantas una mano para pedirme que espere. Terminas de atender al cliente, pero, el teléfono timbra. Espero que no haya regresado el compañero de piso. Tu rostro cambia, tengo miedo, pero, sigues sonriendo después.
—¡Hola amor!
—Ahora tendré tiempo para ti.
No tengo demasiado tiempo, pronto será evidente. Si al menos hubiera limpiado ese desastre, pero no, no he hecho más que intentar ocultarlo; tendría unas horas, quizás un par de días, pero no pensaba claramente.
Salgo. Aun puedo hacer algo al respecto. Con la mano digo que te llamaré.
La distancia se hace corta ahora que camino presuroso. Los pasos eran cortos y pasmosos hace un rato. He llegado demasiado rápido, también he atropellado a algunas personas, pero no importa nada.
La llave está en el mismo lugar. El ambiente se siente pesado y abro una ventana. Mi memoria, que normalmente es muy buena ahora me traiciona, y mientras intento dejar todo en el mejor orden, me estorban los guantes de látex de la cocina.
—Creí que esperarías. Quería hablar contigo.
—Regresaré pronto. Había olvidado algo importante.
Dos horas después, la casa huele bien, parece que no ha ocurrido nada y ya estoy más tranquilo. Espero que a nadie se le ocurra cuestionar el rotulito en la puerta, y que mi imitación de la letra sea convincente.
Sorprendentemente me siento mejor. Leí que no hay nada mejor que un poco de aire fresco y orden en la habitación para recuperar el equilibrio.
En una esquina compro flores.
—Eres un bromista.
—Todo es cierto. Lo lamento mucho. Lo menos que podía hacer es decírtelo. Te amo. No sé por qué he actuado así.
El cadáver de tu mejor amigo ahora estará frío (un grado por hora, según las series de TV). Espero perdonarte por engañarme. (01/01/2020)

2 comentarios:

José Catalán dijo...

Excelente, tenes gran talento para la escritura.

Juan Carlos Contreras Castellanos dijo...

Gracias por el comentario.

Las fotos de la cajita

De vuelta al confinamiento. No había más qué hacer que esperar a que terminara la pandemia. La puerta de junto al baño la seguía hostigando,...