domingo, 5 de enero de 2020

Alguien como yo

Es importante ser auténtico, para el relato del día cuatro, una narración juvenil. No me siento cómodo en el género. Sean indulgentes.

-¿Te fue bien hoy?
-Sí, genial. Es un gran colegio. Hice amigos.
Mentía. No le gustaba mentir, pero reconocer que había soltado un gas en plena clase de Educación Física, estornudado en la cara de la maestra de Matemáticas, y quedado como un idiota machista frente a la más bonita e inalcanzable, era demasiado. Después de ese lamentable primer día de escuela sabía que debía reinventarse para tener una oportunidad de sobrevivir el bachillerato.
Como siempre ocurría al inicio, sin uniformes ni útiles, pero fue cargado con cinco cuadernos de espiral, una carpeta y un estuche lleno de colores y reemplazos de lapiceros. En el anterior colegio era obligatorio.
La alarma lo despertó y sólo la apagó y continuó durmiendo, hasta que su madre se dio cuenta. Diez minutos para el bus.  Apenas pudo peinarse, no desayunó y sólo encontró unos apios y zanahorias envasadas en el refrigerador. Necesitaba un abrigo en aquel día frío de enero y encontró una vieja chumpa con tejido típico que olía a los cigarros especiales de su hermano mayor. La mochila estaba en un charco de orín del cachorro y para arruinar más su suerte, el teléfono no tenía batería.
Consiguió subir al bus cuando ya se iba. Se sentó sin ánimo en el fondo del bus. En la chumpa de su hermano sintió peso en uno de los lados: "Animal Farm". Ahora debía cuidar un libro ajeno y estaba avergonzado por su apariencia. Él era el aplicado, y parecía un hippie desobligado con un libro con un cerdo con traje en la portada.
-George Orwell es un gran escritor.
Era ella. ¿Realmente le hablaba a él? (Sí, decía George Orwell la portada)
-Es una buena forma de comparar a los cerdos con...
-Los tiranos, lo sé, es uno de mis libros favoritos. ¿Está ocupado?
-Ayer me oíste en mal momento, no era eso lo que quería decir.
Ella no disimulaba que lo olfateaba, lo intentaba, pero se dio cuenta.
-A veces hay que disimular. Usar una máscara. Es bueno que hoy muestres como eres.
La conversación fue fluida en el receso. No era la princesa que todos veían. Le gustaban los videojuegos, las patinetas y la marihuana (pero no mucho).
-No creí que fueras así.
-Ni yo, es bueno encontrar a alguien como yo.
-¿Me das tu whats?
-Sí. Es el...
-Lo anotaré. Dejé mi teléfono.
-Es bueno desconectarse.
Tenía, urgentemente que pedir música a su hermano, por lo demás, ya iría aprendiendo a ser de su gusto.

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