miércoles, 15 de enero de 2020

Éxito

¿Te traicionarías para tener éxito?

Día 15

Estaba a punto de salir al aire. Su orgullo sólo era un poco menor al de su madre, sentada en la primera fila del auditorio. Cuando niño fue una vez a un estudio de televisión, un programa para niños, arreglado y con premios ridículamente baratos para todos. No quería participar, pero, su madre insistió y deletreó mal algunas palabras. Le dieron un pase para el parque recreativo y un regalo de plástico al que nunca le hizo caso.
Afinaba la guitarra, una hermosa guitarra verde y roja, producto de mucho esfuerzo hace cuatro años. El baterista nuevo parecía no entender nada, pero no importaría mucho, le había dicho el ingeniero de sonido, que había ensayado el play back con la banda la mañana anterior. Mover los labios y fingir era lo único que debía hacer. Ya encontraría un bataquero de verdad para lo que viniera.
Su madre le preguntó por Julio, y no se creyó la historia que le dijo, pero tampoco le dijo nada cuando le aseguró que no era suya la droga que encontró en la caja del bajo, y sí, estaba seguro de que ella sabía bien que era su droga. Después de eso ya no consumió nada en la casa, pero su santa madrecita había fingido, por ella, para protegerse de la verdad, que le había creído.
El show fue un éxito. La gente ni se dio cuenta de que no tocaban, que todo venía de los altavoces.
Julio intentó ver la televisión en su casa, pero casi rompe la pantalla cuando su amigo de toda la vida dijo que la canción era su inspiración y que pronto harían una gira.
Cuatro meses antes, Raúl, Julio y Tomás estaban a punto de firmar el contrato, pero Julio se negó a entregar el control creativo del grupo a cambio de una promoción en streaming, redes y radio, dos presentaciones en televisión por mes y la grabación de seis singles, para comenzar.
A Raúl le dolía la cara de sonreír. Realmente le hubiera gustado estar junto a Julio, y no a la par de ese monigote desconocido, pero la puerta hacia el éxito se abre una vez en la vida y había que aprovechar esa oportunidad. Sonrió a pesar de esa constante y molesta voz dentro de su cabeza que repetía "Esto no está bien".
Su agente negociaba por teléfono una colaboración con un reggaetonero . No podrían negarse.

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